Al igual que la buena música, un buen libro de cocina debería ser gratificante cada vez que se abre. Por ejemplo, On Food and Cooking, de Harold McGee. Cada vez que hojeo sus páginas, descubro algo que la primera vez se me pasó por alto.
Un ejemplo: en la página 503, en la sección sobre cómo cocinar frutos secos, menciona que "También se pueden tostar en el microondas". Había visto esta técnica aquí y allá (más recientemente en Ideas in Food), pero nunca me la había tomado demasiado en serio. Yo tuesto los frutos secos a la antigua usanza: en el horno tostador o en una sartén. Pero ambos métodos estándar tienen sus inconvenientes.
El horno tarda mucho en precalentarse: incluso en el horno tostador, conseguir que los frutos secos de la despensa estén perfectamente tostados puede llevar 15 minutos o más. En un horno de verdad, ese tiempo se dispara aún más. La sartén es más rápida, pero también requiere mucha más atención, removiendo y removiendo casi constantemente si quieres evitar que los frutos secos queden como los de arriba: crudos en algunos puntos y casi negros en otros.
El microondas, por el contrario, calienta de forma rápida, eficaz y uniforme desde todas las direcciones, y en el caso de los alimentos pequeños, como los frutos secos, puede cocinarlos por fuera y por dentro básicamente a la misma velocidad.
Después de probarlo un poco, me di cuenta de una cosa: el tostado en el microondas funciona, pero no es tan bueno como el tostado en el horno. Aunque los frutos secos llenan la cocina de un aroma a nuez tostada, no se doran tanto ni adquieren tanto sabor.
El problema es que estamos acostumbrados a saborear los frutos secos que se han tostado más por fuera que por dentro, ya que tanto el horno como una sartén cocinan más rápido el exterior que el centro.
¿La solución? Ayudar un poco a que se queden crudos mojando los frutos secos en un poco de aceite antes de colocarlos en un plato. Yo añado media cucharadita de aceite vegetal neutro o de canola a una taza de frutos secos antes de extenderlos en una sola capa sobre un plato apto para microondas. Calienta los frutos secos en el microondas a intervalos de un minuto, removiéndolos entre medias hasta que se tuesten y doren uniformemente. Dependiendo de la cantidad de frutos secos, se tarda entre tres y ocho minutos más o menos, y los resultados son más uniformes y con mejor sabor que los que se obtienen en una sartén o en el horno tostador.