Receta de burrito de desayuno con bacon, huevo y queso

Receta de burrito de desayuno con bacon, huevo y queso

Saludamos a quien tuvo la idea de meter todo el desayuno en una sola tortilla de harina grande (el mérito, por si tiene curiosidad, es del restaurante Tia Sophia de Nuevo México, que incluyó un burrito de desayuno en su menú en los años setenta). Con esta creativa innovación, se puede comer toda una comida matutina con una sola mano, potencialmente sobre la marcha, aunque seamos sinceros, es probable que un buen burrito cree suficiente desorden como para hacerlo menos portátil que un sándwich de desayuno normal.

La respuesta no es un conjunto específico de ingredientes, ya que un burrito de desayuno es (¡y debería ser!) infinitamente variable. Los huevos son habituales, normalmente revueltos, y la mayoría de nosotros esperamos algún tipo de almidón, queso fundido, un poco de carne y una generosa variedad de condimentos; algún guiño a los ingredientes y sabores mexicanos o tex-mex es típico, pero no absolutamente necesario. En última instancia, sin embargo, cualquiera de estos componentes podría alterarse u omitirse.

Para preparar un buen burrito de desayuno hay que combinar estos ingredientes de forma que cada bocado contenga un poco de cada uno de ellos y, al mismo tiempo, se maximice la humedad pero se evite la humedad, que haría que el burrito quedara desagradablemente empapado.

En el caso de esta receta, lo conseguimos colocando crema agria, guacamole, patatas fritas, beicon y huevos revueltos con queso cheddar fundido de tal forma que el burrito contenga un poco de cada uno a lo largo de toda su longitud. Es un desayuno bastante clásico en forma de burrito, con los condimentos añadiendo un toque del sudoeste.

Aquí se utilizan algunas técnicas clave, aparte de la forma específica de colocar los componentes. En primer lugar, salamos previamente los huevos, lo que, como ya hemos demostrado, permite obtener resultados más tiernos. Se asientan mientras se cocinan las patatas, el tiempo suficiente para que la sal haga su magia en las proteínas del huevo.

Para las patatas, mientras tanto, rompemos con nuestro método estándar de hash, que requiere la cocción a fuego lento de las patatas en agua acidulada. Al añadir vinagre al agua de cocción cuando se cuecen las patatas a fuego lento, se consigue que los dados de patata queden más firmes, más crujientes y que se mantengan en trozos distintos cuando se fríen en una sartén más tarde. Esto es estupendo cuando el picadillo se sirve en un plato junto con otros alimentos para el desayuno, pero es menos deseable en forma de burrito, donde lo que realmente queremos es que se ablande; en lugar de un relleno grumoso de trozos de patata ultra crujientes, obtenemos un picadillo dorado y crujiente que se funde con el resto de los ingredientes.

Por último, cocinamos el beicon hasta que esté crujiente, para que sea más fácil partirlo en trozos. Esos trozos son importantes porque evitan que se produzca el temido "tirón", en el que muerdes un burrito o un sándwich y accidentalmente sacas su relleno junto con una tira de carne rebelde.

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